Vuvuzelas, un Pulpo Clarividente y el Peso Leve de la Vida en la Poesía de Indran Amirthanayagam
Dicen que la sorpresa es tal cuando algo asombroso acontece por primera vez. Si el acontecimiento se repite el asombro perdura. A más repetición ya no hay pues, sorpresa sino norma. Con el poeta y amigo Indran Amirthanayagam sucede que cuando ya creemos encasillarlo y normarlo en nuestro entendimiento, sale con algo inesperado. Cada vez que leo un perfil biográfico en uno de sus libros o una entrevista, encuentro algo sobre su persona de lo que no tenía idea. Como que Allen Gingsberg mismo leyó, disfrutó y premió algún poema de Indran. Esta característica de su personalidad se refleja en su arte poética. Siempre se presenta en apariencia predecible y fácilmente abordable pero su hilado luego muestra grietas y hendiduras insondables donde se despeñan en pedazos nuestra razón y nuestro asombro.
Pero la sorpresa no termina en lo anecdótico y lo biográfico, sino que encuentro ahora la difícil tarea de decir algo coherente, algo que contribuya al disfrute de un libro de poemas cuyo eje temático es el fútbol. No sé cuantas personas pueden escribir cuentos o poemas sobre un tema tan mediático y tan “mundano” pero estoy seguro que si me pedían a mi escribir un conjunto de cuentos con el asunto del fútbol no pasaba de las primeras líneas antes de caer en lo repetitivo y lo soso. Pero con Indran estas cosas simples y aparentemente triviales, que a menudo encontramos oscuras o poco interesantes -como las predicciones futboleras de un pulpo- sucede que le suscitan enfoques y emociones muy particulares.
Como en otros conjuntos de poemas suyos, Indran une aspectos que podrían ser muy disparejos –de la geopolítica a la lucha de clases pasando por la tramposa mano de dios- con una trama hilvanada con el pertinaz hilo del humor. El humor quiero decir, entendido no solo como el fácil y accesible jaja jaja sino también en su otra dimensión, aquella que arranca la sonrisa o dibuja en el rostro el “suave y silencioso asombro” (textual de Faulkner aquí) y que puede ser la puerta que se abre a un abismo o a un lecho, ante la cual la hilaridad es solo la respuesta automática e irracional del que se enfrenta a lo que no entiende no digiere o no conoce. Pero dejemos que sea Indran quien ilustre lo expuesto:
De repente viene
el mundial para despertar dudas existenciales sobre
las lealtades nacionales. ¿Para qué gritar ante una bandera
cuando la que te pertenece viene del arco iris
y del hoyo negro, la x de las banderas piratas,
de aquel animal feroz con garras que no debo nombrar
por razones de dignidad y de diplomacia?
Otros hilos de la trama están hechos de nostalgia, colgados del andamiaje de humor mencionado, como para hacer lo que es triste o irrecuperable más ligero, más como un sueño que como un espejo roto o una lágrima que se alarga al suelo. Esa es otra característica de la poesía de Amirthanayagam y que ha ido desarrollando con distintas aristas libro a libro, y esta Pelota del Pulpo no es la excepción. Como en otros textos del autor, la nostalgia de la patria que ya no es –Ceylán– aparece en estos poemas, entrelazada con esferas de cuero, hooligans y federaciones de fútbol. La nostalgia abrazada al humor da a luz a la aceptación del hecho humano, de la existencia que se va deshaciendo a medida que cursamos la vida y qué más da que esa certeza de impermanencia y fatalismo nos la brinde el papa, los doctos filósofos o las azarosas –cuestionables- predicciones de un cefalópodo alemán y de nombre Paul:
Es fácil decir que el pulpo tiene razón;
el destino siempre gana y no existe
un por qué para contradecirlo.
Ambicioso libro este de Indran, aborda también asuntos peliagudos, constantes en la historia de los pueblos y sus relaciones: la injusticia, el campo de juego inclinado hacia un lado, la mercantilización de la vida y de los logros humanos, la gran diferencia entre nacionalidades y continentes, recordatorio al grano y sin ambages de que el mundo es ancho para unos y angosto para la mayoría. Que la vida misma es así, asimétrica, desigual, injusta, pero aun siendo así es necesario –este libro lo hace- denunciarla.
El conjunto nos trae ráfagas de humor y de nostalgia, de denuncia y resignación, de la aceptación final del destino humano, individual, que a través de la descripción cruda de los hiatos de cuatro años señala el camino hacia la desaparición física e inescapable, toma de conciencia que a medida que entramos en años da más valor a cada uno de nuestros actos por minúsculos que parezcan:
…frondoso del pueblo pintado en la pared del estadio
contemporáneo, construido para recibir a los hinchas
de otros continentes, hasta a los coreanos, y algún
hindú perdido en el mundo del fútbol comiendo
frituras de pakora en Durban revisando sus apuestas
por BlackBerry en la Copa Asiática de Cricket.
en La Apuesta Africana
Metáfora al fin y al cabo del hombre solo en la multitud, lo que somos todos al fin y al cabo, rumiando el hincha solitario entre miles su propios motivos y aun así, en su soledad y silencio es también parte del rumor de la multitud en el estadio -la humanidad toda, la vida- transitando su camino hacia el final de la existencia para dar paso a la siguiente generación que repetirá como un espejo a futboleros y pulpos profetas, a guerras más o menos notorias, a héroes y desconocidos, y por qué no, a poetas también y a poemas, en un ciclo interminable que amalgama el rumor existencial y la algarabía efímera y jubilosa del canto de innumerables vuvuzelas.
entonces ¿por qué
gastar más tiempo en la redacción
de poemas? Hasta el poema será
reemplazado por un nuevo poeta,
promesa de su generación, y tú,
vestido todavía de terno, reducido
a un papel menor, una escena o dos
como en la obra de Hamlet
en Después de los Penales
Este es un libro del Indran que entra en la madurez de la vida, el cenit creativo del ser humano. Es ese momento en que se toma un descanso en el camino y se mira hacia atrás sin arrepentimiento pero con inquisición y hacia adelante con curiosidad tranquila. Indran ha optado por un lenguaje simple y evocativo, en el cual nos hace transparente su propio momento humano, por el cual todos más tarde o más temprano transitamos.
Dice nuestro amigo en el poema Ball in Space:
Pasión aprendida en la madurez
Acariciada por la brutal toma de conciencia de mi ser efímero
Mi hijo es ya un adolescente
Cóctel de minerales y proteinas
Y de repente, a mis pies
Una esfera, una pelota, redonda como la tierra
una esfera, bola, redonda, perfecta
un corazón de morsa latiendo en un témpano,
despidiendo vapor baño climático
lavando lo que queda, parche
de vidrio para driblear y pasarla.
No tomo más tiempo de la participación de los compañeros y del propio poeta y expreso aquí mi agradecimiento por permitirme intentar algunas líneas en esta presentación. Recomiendo sin reservas y con alegría las imágenes futboleras y existenciales que Indran Amirthanayagam nos ha regalado en este poemario.
Lima, Casa de la Literatura, Mayo 14 2013